La crónica | Pere Milla obra el milagro de la remontada

(Fuente: Laliga)

📌 ¡Triunfo perico! Los de Manolo González encontraron el antídoto al picotazo inicial de La Araña y doblegaron por 2-1 al Atlético en el debut liguero.

LaLiga 2025-2026 abrió el telón en el RCDE Stadium con un relato que resume la esencia misma del fútbol: un recién ascendido, con toda la ilusión intacta, fue capaz de tumbar a un coloso que llegó confiado, golpeó primero y creyó tenerlo todo bajo control. El Espanyol, con fe inquebrantable y con una grada entregada que hizo del estadio una caldera, firmó una victoria de prestigio por 2-1 ante el Atlético de Madrid, en un partido que mezcló drama, épica y emoción hasta el último segundo. Los goles de Miguel Rubio y Pere Milla en la segunda parte remontaron el tanto inicial de Julián Álvarez, y dieron al equipo blanquiazul un arranque soñado en su regreso a la máxima categoría.

La expectación en Cornellà-El Prat era máxima desde horas antes del encuentro. Tras un año duro en Segunda, la vuelta del Espanyol a LaLiga se vivía como una fiesta colectiva: bufandas al aire, cánticos sin descanso y el sentimiento de revancha de un club que no quiere volver a pasar por el calvario del descenso. Enfrente estaba un Atlético que llegaba con la vitola de aspirante al título, un equipo armado por Simeone con fichajes de relumbrón y una plantilla diseñada para competir con Real Madrid y Barcelona. Era, sobre el papel, un duelo desequilibrado. Pero la magia del fútbol es que los papeles se rompen en cuanto rueda el balón.

El arranque confirmó los pronósticos: el Atlético salió en tromba, presionando alto y obligando al Espanyol a replegarse. Rodrigo De Paul movía los hilos en la medular, Riquelme buscaba profundidad y Julián Álvarez se ofrecía en cada acción como referente ofensivo. En apenas quince minutos, los rojiblancos ya habían generado tres llegadas peligrosas, con un disparo de Llorente que rozó el poste y un cabezazo de Morata bien detenido por el guardameta perico. El gol parecía cuestión de tiempo.

Y llegó en el minuto 37, con la firma de la estrella argentina. Una falta cometida en la frontal del área fue ejecutada por Julián Álvarez con la maestría de los grandes: el balón superó la barrera con un efecto endiablado y se coló por la escuadra, imposible para Dmitrovic en lo que fue una obra de arte en forma de picotazo de araña que abría la lata para los colchoneros con merecimiento.

El Atlético, en ese momento, transmitía la sensación de tener el partido controlado: sólido atrás, dueño del balón y con la confianza que da adelantarse en un campo hostil.

El descanso llegó como un alivio para el Espanyol, que había sufrido mucho para sostenerse. En el vestuario, Manolo González pidió calma, recordó que había espacios para explotar en transición y reforzó la idea de que el partido todavía no estaba perdido. El discurso surtió efecto, porque el equipo que salió en la segunda parte no fue el mismo: más agresivo en la presión, más ordenado en defensa y, sobre todo, más decidido en cada ataque.

El empate llegó en el minuto 73, y lo hizo en una jugada que simboliza la fe de los equipos humildes. Edu Expósito, incansable durante todo el partido, colgó un centro medido al corazón del área. Allí apareció Miguel Rubio, que le ganó la partida a su marcador y, con un cabezazo imponente, batió a Oblak para firmar el 1-1. El estadio estalló, la grada se vino abajo y los jugadores se abrazaron como si se tratase de un gol de permanencia. Ese tanto cambió por completo el guion del encuentro: el Atlético, que parecía tenerlo bajo control, empezó a dudar; el Espanyol, que se veía capaz de todo, creyó en la remontada.

El tramo final fue un ejercicio de pasión desbordada. Simeone movió el banquillo, dio entrada a Griezmann para buscar soluciones y adelantó líneas en busca del segundo gol. Pero el Atlético se encontró con un rival crecido y con una grada que rugía cada vez que el balón pasaba por los pies de los blanquiazules. Y entonces llegó el momento de la noche: minuto 84, Pere Milla recibió un balón en la izquierda, combinó con El Hilali y se lanzó al área como un delantero de área. El centro llegó al área chica y allí el ex del Elche remató casi manera atropellado, cayéndose, pero conectar un cabezazo certero que se coló en la portería de Oblak. Era el 2-1, la remontada consumada, el gol que devolvía al Espanyol al mapa grande de LaLiga con una de esas noches que quedan grabadas en la memoria.

Los últimos minutos fueron un ejercicio de resistencia. El Atlético se volcó con todo, Oblak subió a rematar un córner y Griezmann rozó el empate con un disparo desde fuera del área que se marchó rozando el poste. Pero el Espanyol se defendió como un equipo grande: despejes providenciales de Miguel Rubio, manos firmes del portero y una línea defensiva que se multiplicó en cada acción. El pitido final fue una explosión de alegría: jugadores abrazados, grada en éxtasis y la sensación de que este triunfo vale más que tres puntos.

En lo futbolístico, el Espanyol mostró carácter, trabajo colectivo y un plan muy claro: resistir en la primera parte y golpear en la segunda. Miguel Rubio fue un coloso atrás y decisivo arriba, Expósito un faro en la medular, y Pere Milla, el héroe inesperado que convirtió una noche cualquiera en una velada histórica. En el Atlético, en cambio, las dudas se disparan: el equipo mostró calidad y dominio, pero pecó de falta de contundencia para cerrar el partido y de cierta fragilidad en defensa, especialmente en los balones laterales. Simeone tendrá que ajustar piezas, porque este tropiezo en el arranque le obliga a remar a contracorriente desde el inicio.

Más allá del resultado, la imagen que queda es la de un Espanyol que vuelve a estrenar una campaña en LaLiga con el dulce sabor de la victoria y tiene la convicción de que puede competir contra cualquiera, incluso contra un aspirante al título. Y eso, para un club que ha sufrido tanto en los últimos años, tiene un valor incalculable. Cornellà vivió una noche mágica, una de esas que se recuerdan cuando el calendario aprieta y los puntos pesan como plomo. El fútbol, otra vez, regaló una lección: no siempre gana el que más tiene, sino el que más cree.

Espanyol 2-1 Atlético de Madrid. La temporada acaba de empezar, pero el relato ya tiene un primer capítulo inolvidable en clave blanquiazul.

(Fuente: Laliga )

Ficha técnica |

Espanyol: Dimitrovic; Omar El Hilali, Calero (Miguel Rubio, min.66), Cabrera, Carlos Romero; Terrats (Kike García, min.46), Pol Lozano, Edu Expósito, Jofre (Dolan, min.46); Puado (Salinas, min.88) y Roberto Fernández (Pere Milla, min.74).

1 – Atlético de Madrid: Oblak; Llorente, Le Normand, Hancko, Ruggeri; Cardoso (Koke, min.46), Gallagher (Barrios, min.46), Giuliano, Baena (Griezmann, min.68); Almada (Raspadori, min.68) y Julián Álvarez (Sorloth, min.82).

Goles:

0-1 J. Álvarez 39’ ⚽️

1-1 Miguel Rubio 73’ ⚽️

2-1 Pere Milla 84’ ⚽️

Árbitro: Busquets Ferrer (comité balear). Amonestó a Johnny Cardoso (min.42), Calero (min.54), Le Normand (min.67), Llorente (min.72), Omar El Hilali (min.74), Salinas (min.93).

Incidencias: partido correspondiente a la primera jornada de LaLiga EA Sports disputado en el RCDE Stadium ante 29.612 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por los socios periquitos fallecidos y por el exjugador del Espanyol Julián Riera Navarro.

Vídeo |


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