Un Barça que va a por el pleno

En el fútbol femenino europeo hay una certeza que nadie discute: el FC Barcelona es la referencia. Su estilo, su cantera, su carácter competitivo y su capacidad de reinventarse lo han convertido, en apenas una década, en un modelo admirado en todo el mundo. Y esta nueva temporada 2025‑26, que ya asoma por el horizonte, se presenta como una etapa de madurez y consolidación. Sin grandes fichajes, sin alardes, pero con el mismo hambre de siempre.

Porque, aunque el club haya cerrado el grifo a nuevas incorporaciones, lo cierto es que este Barça no necesita una revolución. Necesita tiempo. Tiempo para asentar lo construido. Tiempo para que las jóvenes brillen. Tiempo para que los grandes nombres sigan liderando. Y tiempo para curar heridas, como la final perdida de Champions en Lisboa ante el Arsenal (1‑0), que aún escuece.

No ha habido fichajes mediáticos más allá de Laia Aleixandri . No era necesario. El club ha apostado por cuidar lo que ya tiene, y lo ha hecho bien. En los despachos, las renovaciones han sido la gran prioridad.

Marta Torrejón, símbolo eterno de esta generación, ha renovado hasta 2026. Gemma Font, portera de la casa, seguirá defendiendo el arco azulgrana hasta 2027. Y la central Irene Paredes, una de las líderes del vestuario, también ha ampliado su contrato. Tres movimientos clave para garantizar experiencia, estabilidad y compromiso.


La dirección deportiva ha sido clara: el Barça Femenino no necesita comprar estrellas, porque las está formando. Vicky López, Giulia Dragoni, Fenger o la propia Clàudia Pina son la prueba de que el talento joven tiene espacio real en el primer equipo.

Un caso paradigmático es el de Alba Caño. La mediocampista de 21 años ha firmado con el Boston Legacy, en una operación liderada por el exentrenador culé Domènec Guasch, pero el club ha incluido una cesión de seis meses y una opción preferencial. Inteligencia deportiva en tiempos de restricciones financieras.

Pese a las bajas puntuales y la exigencia del calendario, el Barça mantiene un bloque competitivo, sólido y con carácter. Aitana Bonmatí volverá a ser el faro. Alexia Putellas, tras un año complicado, tiene hambre. Salma Paralluelo, si renueva, puede marcar diferencias. Y no olvidemos a Cata Coll, Ewa Pajor o la propia Vicky López, que con apenas 18 años ya actúa como si llevara una década en el primer equipo.

En defensa, la incógnita es Mapi León. Su renovación aún no está cerrada y su continuidad marcará parte del equilibrio táctico del equipo. Pero, con o sin ella, la plantilla sigue siendo una de las más potentes del continente.


Este equipo tiene una deuda emocional con la Champions. La final de Lisboa fue un golpe duro. Venían de levantar el trofeo en 2023 y 2024, y querían hacer historia con el triplete europeo. No pudo ser. Pero este grupo no olvida. Y si algo ha demostrado este Barça Femenino es que sabe levantarse.

Por eso, el gran objetivo es volver a reinar en Europa, sin renunciar a la hegemonía nacional: revalidar Liga, Copa y Supercopa. Y hacerlo con el estilo inconfundible que lo ha llevado a lo más alto.
La pretemporada ya está en marcha, con una gira por México y el tradicional Trofeo Joan Gamper como plato fuerte. Luego vendrán la Copa Catalunya, los primeros partidos oficiales y la vuelta de las internacionales tras la Eurocopa.

Con Pere Romeu al mando, el cuerpo técnico sigue apostando por la continuidad y la adaptación progresiva de las más jóvenes. Hay confianza en el proyecto. Y, sobre todo, hay calma.

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